Cuando la adolescente Gabriela Llontop quiso ingresar al área de Ingenierías de la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa) para rendir su examen de admisión, un grupo de padres de familia se lo impidieron en la puerta ubicada en la avenida Venezuela.
A sus 16 años tuvo que soportar furiosos empujones de varias personas que casi se enfrentan al contingente policial que trataba de abrir paso a la adolescente. "Fraude, fraude, que no ingresen, entonces entramos todos, esto está arreglado", se oía entre el tumulto.
Acompañada de otros tres postulantes, rogó entre lágrimas que la dejaran pasar, sin mayor resultado. Un administrativo de la universidad les indicó que ingresaran por la puerta de la Facultad de Arquitectura, también en la avenida Venezuela. Sin pensarlo, tomaron un taxi y partieron, mientras los abucheos continuaban.
Eran las 12.20 horas de ayer. Apenas 15 minutos antes el examen ordinario III Fase se había iniciado y las puertas de la casa superior de estudios habían sido cerradas. Otros encolerizados padres de familia pedían la nulidad de la prueba para que los postulantes rindan una nueva evaluación.
Normalmente estos exámenes empiezan a las diez de la mañana y duran dos horas. Pero ayer, un problema informático provocó una contigencia que terminó en caos y descontrol en las puertas de ingreso a la Unsa.
Todo empezó días antes. El último jueves, al menos 3 mil postulantes de los 9 mil 97 que tentaron una de las mil 14 vacantes ofertadas por la casa superior de estudios no lograron imprimir su carné de postulante de la página web de la Unsa. El sistema había colapsado.
Los postulantes sin carné en su desesperación protestaron ayer junto a sus padres en la Casa Verde de la Unsa, en la calle Universidad. Los ánimos se caldearon a tal punto que fue necesaria la presencia de un contingente policial de 50 efectivos.
El asesor legal de la Unsa, José Málaga, se hizo presente para anunciar que todos los jóvenes iban a rendir su exámen. Dijo también que el fallo en el sistema web de la universidad se debió, presumiblemente, a un virus cibernético.
En el lugar se habilitaron cuatro impresoras para la entrega de carnés. "Nos dijeron que hoy (ayer) nos iban a entregar los carnés, pero recién empezaron a atendernos desde las ocho de la mañana. Yo estoy con mi hijo desde las cuatro de la madrugada", se quejó Paula Álvarez.
Pese a ello, los jóvenes tuvieron que sortear otro impedimento: los padres de familia de los postulantes que pudieron imprimir el documento e ingresar con normalidad, se opusieron a que los otros participen del proceso.
"Muchos de nuestros hijos ya están adentro desde la mañana y ellos recién llegan", reclamaban. "Los chicos están llegando tarde porque recién les están terminando de entregar sus carnés, no porque ellos quieran", dijo mascullando su impotencia Victoria Torres, madre de Gabriela. Similar panorama se vivió en el área de Ciencias Sociales, donde también se desarrolló el proceso.
SALTARON LA REJA
Un grupo de postulantes que llegaron minutos después de iniciado el examen, optó por un acto temerario: se treparon por las rejas y saltaron hacia el campus ante el asombro de los controladores del examen, que nada pudieron hacer. Los padres de familia que les impedían el ingreso aducían que ya no tenían derecho a rendir su prueba por llegar tarde.
El examen empezó finalmente al mediodía y terminó a las dos y media de la tarde. En la noche, la histeria colectiva estuvo a punto de volver. La Unsa prometió dar resultados a las cinco de la tarde, pero los entregó pasadas las siete de la noche. Al cierre de esta edición se supo que una persona fue detenida cuando intentaba suplantar a un postulante a Ingeniería Electrónica.
Fuente: La República / Juan Luis Silvera Quispe
0 COMENTARIOS:
Publicar un comentario