Comenzaba así la pesadilla para uno de los hombres más poderosos del mundo, después de que una de las asistentas del lujoso hotel neoyorquino Sofitel (donde la habitación cuesta más de 2.000 euros la noche) le acusara de haberla intentado violar. Pero ¿cómo ocurrieron los hechos? ¿Qué pruebas puede haber contra él? ¿Cómo sucedió todo? Este es parte del relato con el que cuenta el equipo de investigadores de la Fiscalía de Nueva York.
A las 1:00 pm del sábado la dirección del hotel pide a una de sus empleadas que acuda a la habitación 2806 a limpiarla, ya que en ese momento se encontraba vacía.
La mujer, de 32 años y origen africano, utiliza su llave maestra, entra y se encuentra en el interior a un hombre de pelo canoso completamente desnudo que le agarra y la lanza sobre la cama donde intenta violarla. La asistenta intenta escapar, pero el hombre, al que más tarde se indentificaría como el director del FMI, no le da tiempo.
Ella, al parecer, y según informa la agencia de noticias AP, intenta escapar y casi llega hasta la puerta. Sin embargo, presuntamente Strauss Khan le alcanza y le mete en el cuarto de baño donde le obliga a practicarle sexo oral.
Cuando el hombre intenta rasgarle la ropa interior, la mujer se defiende y finalmente logra zafarse de él y escapar. Rápidamente corre a recepción y denuncia ante sus compañeros que el hombre de la 2806 la ha intentado violar.
Ante las heridas leves que presenta tras el supuesto intento de agresión, la empleada del hotel es trasladada al hospital, donde le realizan un examen completa y toman pruebas de ADN y de posibles rastros de la agresión.
Mientras tanto, el hotel ya ha avisado a la policía que tarda sólo 30 minutos en llegar luego de que la mujer sale de la habitación. Pero cuando acuden a la habitación, ya no había nadie. Sólo encontraron un móvil y algunos objetos personales.
Según algunos testigos que se encontraban en el hotel, Strauss Kahn llamó a su chófer y salió apresuradamente del hotel rumbo al aeropuerto John Fitzgerald Kennedy donde le esperaba un pasaje en primera de Air France rumbo a París.
"Strauss-Kahn tenía un prisa enorme", recuerda Mortem Meier, un director de ventas noruego, alojado en el hotel y que se cruzó cuando él se marchaba. "Él quería irse tan pronto como fuera posible. Parecía molesto y estresado", cuenta.
La policía ha revelado que una llamada del director del FMI al hotel desde el aeropuerto esa misma tarde, interesándose por el paredero de su teléfono móvil, fue vital para localizarle cuando se disponía a abandonar Nueva York.
Cuando la policía entro en el avión y se acercó al director del FMI, éste sólo pudo responder con un "¿Qué sucede?" y sin oponer resistencia y sin ser esposado acompañó a los policías hasta una celda de una comisaría del Midtown de Manhattan. De hecho, algunos testigos aseguran que la detención se hizo de manera tan discreta que sólo se enteraron de que ocurría algo cuando el vuelo se retraso un poco.
De ahí fue trasladado hasta la Unidad Especial para Víctimas Especiales de Harlem donde ha permanecido hasta esta madrugada, cuando ha sido llevado al hospital para recoger muestras y analizar posibles arañazos de su cuerpo.
Fuente: ElMundo.es
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