Por Daniel Benítez / Cafefuerte.com
El lunes 2 de septiembre comenzó un nuevo curso escolar en Cuba con una matrícula de 1.8 millones de estudiantes y males ya conocidos como la falta de recursos en las centros estudiantiles, un marcado desencanto y la sombra del fraude rondando en cada aula.
Este año es notoria la disminución de alumnos en la enseñanza primaria, debido al marcado envejecimiento de la población, a lo que le suma el bajo por ciento de estudiantes que aprobaron los exámenes de ingreso a la universidad, una cruda realidad de cómo anda el proceso docente-educativo en la isla.
Fuente: CubaAhora.cu |
Vuelven los jubilados
El personal docente con que se cuenta responde al 95 por ciento de la demanda en las aulas. En el caso de La Habana, apelará a unos 3,000 maestros de 11 provincias del país. Unos 7,000 maestros jubilados se han reintegrado sistema educativo para paliar las carencias del sistema educacional ante la situación perentoria.
Muchos centros comenzarán el curso sin equipos de refrigeración. El 42 por ciento de los planteles están evaluados de tener estado de regular o mal, aunque en 3,107 se han hecho acciones de reparación.
“En cada centro del MINED [Ministerio de Educación] debe existir unidad entre todos los factores para recuperar la salud moral de nuestros trabajadores”, insitió la ministra.
El tema universitario sigue siendo complicado en un panorama docente cada vez más endeble. De 46,500 aspirantes, solo el 53 por ciento pisarán las escalinatas de los centros de altos estudios, un índice discretamente superior al pasado al curso.
Fuga hacia la sobrevivencia
El futuro se muestra poco halagüeño. Este septiembre los jóvenes que por fin se decidan a continuar su preparación ya habrán sufrido la carencia de profesores, o en su defecto de la improvisación de los maestros emergentes, la única vía que encontraron las autoridades para aparentemente cubrir el vacío que provocó el éxodo de profesionales de experiencia hacia otros sectores mejor remunerados.
La tiza y el pizarrón fueron cambiados por un puesto detrás del timón de un almendrón, vendiendo pizza o sencillamente dando clases particulares, alejado de toda burocracia, exigencia sin respaldo de recursos y por supuesto una mejor economía.
Pero todo indica que los programas de formación emergente -una salida desesperada al déficit de profesores experimentados- están en retirada. Fueron un tapón momentáneo, ideado por Fidel Castro, pero el balance de su desempeño será para olvidar. El MINED quiere ahora hablar de una preparación integral más adecuada para los maestros, en abierto distanciamiento de una experiencia que terminó por retrasar los niveles de enseñanza.
La educación ha sido una de las banderas erigidas por el régimen para presentar sus “conquistas sociales”. Sin embargo, desde hace poco más de 20 años esta bandera cuesta trabajo ondearla cuando son tan evidentes los problemas que afrontan los estudiantes para recibir lecciones con la calidad necesaria. A la falta de profesores a todos los niveles se unen el deterioro de los centros escolares, la carencia de equipos y productos para completar ejercicios prácticos en asignaturas como Física, Química y Biología y los constantes cambios en los planes de estudios.
Todavía se recuerda la ola de espanto que se levantó en todo el país cuando alguien dictaminó que los profesores de las escuelas secundarias tenían que ser integrales e impartir varias asignaturas. Con lo cual el maestro que durante 20 años había dado Matemáticas, tenían que añadir ahora a su agenda de trabajo las carpetas de Física y Química. Un caos total que desató, en consecuencia, masivas deserciones de experimentados docentes y consabidos problemas en la enseñanza.
Declive universitario
El declive de la docencia universitaria es evidente. La anécdota puede ilustrar el malestar del estudiantado universitario. Hace un tiempo, en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, el auto oficial de la rectora fue apedreado por una multitud de estudiantes que exigía mejoras en las condiciones de vida de la residencia. En el 2009, por decisión partidista fue removido el entonces Ministro de Educación Superior y su lugar ocupado por Miguel Díaz Canel, hasta entonces primer secretario del Partido en Holguín. Este fue la primera gran responsabilidad nacional de Díaz Canel, quien hoy funge como Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y parece estar llamado a cargar sobre sus hombros el peso de la inevitable transformación del sistema.
Una frase marcó el período de casi tres años de Díaz Canel al frente del Ministerio de Educación Superior: “la Universidad es para los revolucionarios”.
Entre las medidas que se aplicaron entonces, se hizo obligatorio para cada estudiante realizar tres exámenes de ingreso, Matemática, Español e Historia, para todas las carreras y modalidades de procedencia. El resultado cuatro años después: poco más de la mitad de quienes se presentaron este curso lograron tener más de 60 puntos.
Pero todavía quienes llevan las riendas de la educación en Cuba buscan excusas en todos los lugares menos dentro de las aulas y de sus planes de estudio. A eso se le suma la falta de docentes que han emigrado a otros sectores mejor remunerados.
Llenos de excusas cuando se hizo el otorgamiento de becas para el año lectivo 2013-2014, los integrantes de la Comisión de Ingreso concluyeron: ” La falta de preparación no es excusa, ya que se imparten repasos en las facultades obrero-campesinas, por televisión y estamos gestionando su desarrollo en las Sedes Universitarias Municipales”.
Mejores universidades de Cuba 2013 ranking universitario
La Universidad de la Habana fue ubicada en una reciente encuesta internacional en el lugar 81 entre las de su tipo en Latinoamericana, bien alejada del 54 con el cual fue calificada el año precedente. La Universidad de Oriente mejoró cuatro puestos y anclo en el 149. Medidores que no deben alegrar para nada a quienes intentan maquillar las arrugas de un sistema en plena decrepitud.
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