Autor: Gregorio Torres Quintero, Pedagogo y escritor mexicano
el maestro de la escuela se adelanta,
ese obrero admirable, en cuyas manos,
la antorcha de la ciencia se levanta.
Sabio ignorante que hacia el bien convida,
que procura encender en cada frente
una luz, que ilumina de la vida
la senda oscura de áspera pendiente.
No le inquieta el cansancio ni le abruma,
sufrido apóstol de la edad moderna,
no teme que su vida se consuma
en aras de la ciencia que es eterna.
Es humilde con la humildad del sabio,
es altivo con la altivez del fuerte,
siempre por la verdad está su labio
sin temor por el mundo y por la muerte.
Su oscura posición ¿cuándo le aflige?
su pobreza habitual, ¿cuándo le apena?
firmes sus pasos hacia el bien dirige,
¡que es grande su misión, es santa y buena!
El lucha por la luz … ¡Sublime anhelo!
Camina hacia el oriente a do rutila
el rojo sol que por el ancho cielo
asoma fulgurante su pupila.
¡El lucha por la luz como un vidente!
sirve a la Patria, cuando al niño educa;
y ¿qué es la Educación? Potencia ingente
que nunca engaña, que jamás caduca.
¡Respetadle! ¡Es su vida de dolores!
¡Amadle! que es su vida de enseñanza,
haced que broten en su senda flores,
haced que brille en su alma la esperanza.
¡Salve Maestro!, obrero sin segundo,
constructor del espíritu del hombre
para tu afán la admiración del mundo,
inmenso amor para tu santo nombre.
Foto: Conadis.salud.gob.mx
Búsquedas relacionadas: poema al maestro
No hay comentarios:
Publicar un comentario