La educación y los misterios del crecimiento

viernes, 26 de febrero de 2016

Durante mucho tiempo, los economistas se han preguntado por qué crecen las economías. A pesar de que esta es una de las preguntas más antiguas y fundamentales de la ciencia económica, la verdad es que aún no se tienen respuestas absolutas. Incluso factores que usualmente se consideran de gran importancia para el crecimiento, como la educación, son materia de gran debate.

Los fundamentos del análisis moderno del crecimiento económico fueron desarrollados en la década del 50 por Robert Solow. En sus trabajos se destaca la importancia que tienen dos elementos para lograr que el ingreso por habitante de un país se eleve: (i) la acumulación del capital físico, lo que hace más productiva la fuerza laboral, y (ii) la acumulación de conocimiento de la sociedad, lo que también incrementa la productividad.

Pero, según se desprende de los trabajos de Solow, mientras que la acumulación de capital genera crecimiento temporalmente, el incremento del conocimiento es el elemento clave para sostener la expansión de la economía en el largo plazo.

Sin embargo, Solow no dijo mucho acerca de lo que exactamente era ese “conocimiento” ni cómo crecía a lo largo del tiempo. Desarrollos teóricos posteriores (Paul Romer, Gregory Mankiw, Robert Lucas) realizaron contribuciones para cerrar esta brecha, destacando entre otras cosas la importancia de la educación.

En algunos casos de despegue económico exitoso, la evidencia sugiere que la inversión en capital físico y educación habría tenido un rol preponderante.

EL COMERCIO/HUGO PERA. La experiencia de Corea es particularmente ilustrativa: el ratio de inversión sobre PBI llegó a niveles cercanos a 40% (en el Perú, ha registrado niveles cercanos al 28%) y la fuerte inversión en capital humano le ha permitido alcanzar uno de los mejores estándares en educación en el mundo.

A inicios de los 50, Corea tenía un ingreso per cápita que era equivalente a un tercio del que tenía el Perú en ese momento. Pero al sostener tasas de crecimiento promedio anual de 6% entre 1960 y 1990, este país alcanzó un ingreso por habitante similar al del Perú a inicios de lo 80 y hoy nos ha sacado una ventaja de más de cuatro veces.

La educación y los misterios del crecimiento

A pesar de esta evidencia, algunos economistas discrepan acerca de la importancia que tiene la educación dentro del proceso de crecimiento. Ricardo Hausmann, de la Universidad de Harvard, encuentra evidencia que relativiza el rol de esta variable: “En 1960, los países con un nivel de educación igual a 8,3 años de escolaridad eran 5,5 veces más ricos que los que tenían 2,8 años de escolaridad.

En contraste, los países que aumentaron sus años de escolaridad de 2,8 en 1960 a 8,3 en 2010, eran solamente el 167% más ricos… Evidentemente, se necesita algo más que educación para generar prosperidad”, afirma.

Este tipo de debate es el que se esperaría ver aquí para definir una estrategia de crecimiento. El ingreso de un país es la suma de la producción de cada trabajador, y la mejora de la productividad la aumenta.

Seguramente, la educación incrementa la productividad, pero tal vez no lo es todo y, como sugiere Hausmann, “hay algo más por ahí” que hace que la gente sea más productiva y que es importante identificar para que una estrategia de crecimiento sea exitosa.

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