Presidente de la ANR al Congreso por presunto fraude en examen de admisión de la UNT

miércoles, 17 de abril de 2013

Futuro de rector de la Universidad Nacional de Trujillo no parece halagüeño... Un observador neutro dudaría de que las autoridades de la UNT no tengan responsabilidad en este asunto

TRUJILLO/La Industria.- A la próxima citación del Congreso de la República al rector de la Universidad Nacional de Trujillo, y presidente de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), Orlando Velásquez Benites; se suma un nuevo baldón: la vicerrectora académica Vilma Méndez Gil, que denunció irregularidades en el último proceso de admisión, ha sido contra demandada por el abogado Luis Enrique Mora Castillo.

Velásquez deberá comparecer ante la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso por el escándalo en la prueba de ingresio del domingo 10 de marzo.

Pero la situación de la vicerrectora no le hace ningún favor a la causa de Velásquez. El abogado Mora Castillo asegura que la denuncia que ella hizo contra docentes y alumnos de la UNT, fue falsificada. Mora señala que el documento, ingresado el miércoles 20 de marzo ante la Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Turno, presenta firmas y sellos falsificados.

CASA DE HERRERO. La UNT, universidad del presidente de la ANR, necesita limpiar su imagen (Foto: La Industria)
La funcionaria interpuso denuncia por corrupción de funcionarios y cohecho pasivo, contra docentes y alumnos, en agravio de la UNT, durante la aplicación del citado examen de admisión.

¿Qué queda hacer entonces? La denuncia de Mora Castillo paraliza la demanda de la vicerrectora Méndez. Exculpa o mantiene fuera del ámbito penal, al menos temporalmente, a los denunciados. Pero, además, ata de manos y restringe el margen de maniobra a las autoridades de la UNT.

Lo controversial de la denuncia es que Mora Castillo era visible patrocinador de la causa de la UNT en este caso. Extraña que se haya convertido, ahora, en todo lo contrario: en denunciante de una de las autoridades de esa casa de estudios superiores.

De modo que cuando Velásquez se presente en el Congreso, cargará con una acusación más, la misma que deberá explicar. Obviamente, se trata de un elemento de juicio perjudicial. Un observador neutro dudaría de que las autoridades de la UNT no tengan responsabilidad en este asunto.

Aun siendo que uno de los integrantes del citado grupo de trabajo ha adelantado opinión, el panorama para el rector de la UNT no parece halagüeño. Se necesita, pues, asumir ciertas responsabilidades y deslindar de otras.

Las primeras tienen que ver con la pasividad e inacción frente a las evidentes irregularidades. Cuando nos enteramos de que una persona, perteneciente a la comisión de encierro, estaba en poder de las claves del examen, creímos que la respuesta sería rápida. Rápida y ejemplificadora.

No fue así, sin embargo. Todo lo contrario, hubo una seguidilla de reacciones más o menos tibias, que llevaron a las dudas de si el examen postergado una semana sería idóneo y contaría con las garantías de transparencia.

Ahora nos enfrentamos a una situación inédita en la UNT, con sus principales autoridades acusadas y en la obligación de dar explicaciones. Que los días que restan para acudir al Congreso sirvan para diseñar una estrategia inteligente y, sobre todo, honesta. De otro modo habrá que pensar en dar un paso al costado en pos de no perjudicar aun más la imagen de la UNT.

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